La investigación tiene como objetivo localizar 'Lycium barbarum', una de las dos especies que crecen de forma natural especialmente en todas las regiones del norte y oeste de China, para "determinar de sus componentes nutricionales y funcionales y compararlos con las bayas goji comerciales en sus diferentes formatos: deshidratadas, en polvo liofilizado y en jarabe".

Según Cristina Lucini, que está al mando del grupo integrado por María del Monte, Patricia Teresa Espinosa y David Jiménez, están "poniendo a punto" la técnica Elisa (enzyme-linked immunosorbent assay) para "determinar la vitamina B9 -ácido fólico- y la vitamina B12 en las bayas recolectadas en El Oso, junto a las comercializadas en sus diferentes formatos".

La finalidad es "cultivar en la provincia de Ávila bayas de Goji de manera sostenible y ecológica", ya que se trata de un producto "muy caro" que llega desde fuera de España, y que son un ingrediente común en los productos comerciales de alimentos suplementos y la medicina tradicional china.

El grupo de investigación considera que el cultivo de bayas de Goji en Ávila es "una buena alternativa agronómica, especialmente para cultivos leñosos, al tratarse de una especie arbustiva con cerca de tres décadas de duración".
Las bayas también se emplean en "sopas, ollas calientes y té de hierbas", además de empaparse "popularmente" en los vinos solo o junto con otros ingredientes para hacer "vinos funcionales".

Según Lucini, "esto es debido a su gran contenido en nutrientes beneficiosos para el organismo y sus funciones vitales". El Goji se produce como un arbusto común con hojas comestibles, delicadas y pequeñas flores de color púrpura.