Ha calificado de “buscadores de la verdad y defensores de la dignidad humana” a los medios de comunicación, añadiendo recomendaciones que deberían seguir los miembros del sector, a imagen de san Francisco de Sales.

“En una sociedad tan llena de informaciones contrapuestas, donde cada uno parece tener su propia verdad, el periodista debe hacer un esfuerzo y dejar de lado los intereses partidistas, las ignorancias intencionadas, las falacias, los rumores; sólo puede informar de la verdad quien vive en la verdad”.

También ha recalcado la importancia de otorgar a cada persona de “dignidad humana”. Ha denominado al periodismo como “altavoz de historias”, con lo que puede ayudar “a cambiar el mundo”. Según el obispo, la misión del periodista es “denunciar aquellas situaciones donde el ser humano es ultrajado y humillado, para crear y creer un mundo nuevo”.

Ha rematado la felicitación con una petición: que los periodistas sepan ser “vehículos de esperanza; que cada noticia, comentario, opinión o imagen ofrezcan la esperanza de un futuro mejor, más humano, más fraterno”. Ha manifestado su deseo de que la verdad sea “dulce, tierna y accesible”.