De los 185 trabajos presentados, los tres finalistas destacaron “por su originalidad y espontaneidad”, como ha dicho uno de los miembros del jurado, Gerardo López. “Los niños sorprenden”, ha añadido, “perciben cosas que los adultos no vemos”.

Natalia ha declarado sobre su obra de la vista desde San Esteban, que lo dibujó en apenas media hora. En su pintura sobre el ‘tío Filipino’, Alejandra ha representado al sereno, figura que “salía por las noches y abría a quien llegaba tarde a casa”. Jimena ha recreado una escena de las Murallas nevadas. Sobre Guido Caprotti ha destacado que “se averió el tren en el que venía y Ávila le gustó tanto que se quedó a vivir aquí”.

Las tres niñas han demostrado un conocimiento ejemplar sobre el pintor, muy vinculado al Palacio de Superunda en el que ahora se exponen los dibujos de otros niños, también inspirados en su obra.

Tras entregarles el merecido premio –diploma y estuche con distintas variedades de pintura- el teniente de alcalde de Servicios a la Ciudad, Turismo y Patrimonio Histórico ha afirmado que “los mejores embajadores de nuestra ciudad son sus ciudadanos, y qué mejor ciudadano que los niños”.