Se trata de Teresa Hernández Jiménez, que nació en Ávila el 24 de noviembre de 1916, y cuya figura ha sido glosada por su familia: "Nació en Ávila el 24 de noviembre de 1916, ella es la mayor de los diez hijos que tuvieron sus padres, de los que sobrevivieron ocho, vivieron muchos años en la Cuesta Antigua, donde nacieron varios de sus hermanos, de los que ha visto fallecer a todos menos uno, recientemente cuatro de ellos.

Hasta hace poco tiempo recordaba su etapa en el colegio, a su maestra doña María, que le decía que siguiera estudiando, que valía para ello, pero no pudo ser pues era la mayor de ocho hermanos y tenía que ayudar en casa. Su profesión fue costurera, como a ella le gusta recordar, trasladándose en aquella época una temporada a Madrid, donde se especializó en confeccionar vestidos de novia y de fiesta, hasta volver a Ávila para casarse.

Se casó en Ávila, tuvieron una hija, Teresa, como ella, pendiente permanentemente de sus padre, pues él cuenta con 94 años, el cual era viudo cuando se casó y aportó al matrimonio dos hijos, de los que tienen cinco nieto y nueve bisnietos, todos ellos viviendo en Barcelona, donde vivieron ellos una larga etapa de su vida pero siempre añorando su querida Ávila, donde volvieron en cuanto se jubiló su marido para estar al lado de su hija y el resto de su familia.

Ha sido siempre una persona muy discreta, muy seria, pero muy entrañable y hogareña. Así pasan en casa tranquilamente los días en los que no pueden salir, que son muchos en invierno, ayudados por personal de ayuda a domicilio y por Ana y Gladys, las señoras que les cuidan con todo esmero. Con buen tiempo sale ayudada por su silla de ruedas, que necesita desde que sufrió una caída hace ocho años, a pasear por el parque de San Antonio, donde se distrae mucho mirando a los niños jugar".