Propietaria de un caballo, la mujer había contratado servicios de cuidado y mantenimiento de equinos a un centro de pupilaje de Casas del Puerto, pero no pagaba los servicios contratados, si bien alegando que no tenía ingresos hacía entrega de material para poder hacer frente a los pagos.

Después, denunció que todo el material entregado le había sido robado. Al ser investigada se descubrió que había reincidido en este tipo de conductas desde 2006, ya que desde ese año contrataba estos servicios en diferentes centros de pupilaje en la provincia de Ávila, sin abonar nunca las cuotas correspondientes.

Los diferentes perjudicados mostraron su malestar e indignación por el modo de proceder de la mujer, que utilizaba contra ellos la denuncia para evitar el pago de los servicios que contrataba.

Mientras tanto, el caballo continúa en uno de los centros de pupilaje de caballos, a la espera de que su propietaria decida el destino o su traslado a una a una protectora de animales.