Pagola, que ha participado en el congreso ‘Misericordiosos como el padre’, que se celebra en la Universidad de la Mística, es autor del libro, 'Jesús, aproximación histórica', muy criticado por la Conferencia Episcopal e incluso retirado por la editorial.

En Ávila, el teólogo ha llamado a una “renovación de la fe” para que ésta no se estanque, ya que se trata de algo que no puede hacer el papa Francisco y debe propiciarse desde parroquias y diócesis.

Tras reconocer la “atracción” que ejerce el pontífice "porque, efectivamente, vive el Evangelio de verdad y con toda su intensidad, en sus gestos y en sus palabras", Pagola ha subrayado que al papa “hay que pedirle lo que se le puede pedir”, de modo que él “puede lograr la transparencia de la Banca Vaticana” o “purificar los grandes dicasterios del Vaticano”, pero “estamos en Ávila”.

“Aunque tengamos el mejor papa en el Vaticano, en Ávila estamos nosotros", ha insistido, para advertir: "si nosotros no empezamos a renovar nuestra fe...".

A su juicio, en Ávila la fe se encuentra “estancada” en las parroquias y en las familias, por lo que ha animado a renovarla, porque “el papa no puede cambiar Ávila”.

Todos los días
En su intervención en el II Congreso Mundial de Biblia y Mística, 'Misericordiosos como el padre', ha pronunciado la ponencia 'Jesús, la encarnación de la misericordia'.

Si bien ha alabado que el papa haya declarado 2016 como Año de la Misericordia, ha dicho que existe "el peligro de creer que la misericordia es para un año", cuando "la misericordia es la primero, siempre, todos los años y todos los días".

Pagola ha proclamado como un principio que "en la Iglesia tiene que desaparecer todo lenguaje, toda predicación y toda actuación si es que desfiguran, dificultan o oscurecen la misericordia infinita de Dios".

"Si no se habla de la misericordia con la fuerza con lo que yo lo estoy haciendo ahora, quiere decir que nosotros todavía no estamos anunciando la buena noticia de Jesús", ha aseverado.

Pagola también ha puesto de manifiesto la necesidad de que la Iglesia "trate de recuperar la verdadera fe de Jesús, creyendo en que Dios, antes que nada, es misericordia y nada más que misericordia".

"Y no es que Dios, entre otras actividades, sea también misericordioso, no, el ser de dios consiste en ser misericordioso, y por eso Jesús vive totalmente fiel a ese padre".

Pecadores despreciados
Pagola ha puesto como ejemplo como Jesús "acoge a los pecadores más despreciados en aquel pueblo, y los acoge de tal manera que la gente queda sorprendida con que como un hombre de Dios puede acoger, sin exigirles nada previamente, a la gente pecadora".

"La reacción es tremenda, le llaman a Jesús, le insultan, le llaman comilón porque come con pecadores, bebedor de vino y amigo de pecadores, y Jesús nunca lo desmintió". "¿Por qué?, porque él, encarnación de Dios, se sentía amigo de pecadores", ha dicho.

Y ha concluido: "el día en que a la Iglesia o a las comunidades cristianas, y a las diócesis, nos reconozcan y se sienta a la gente, como una comunidad amiga de pecadores, estaremos viviendo lo que quería Jesús".