El procurador David Castaño, que ha presentado una batería de preguntas para su contestación por escrito a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente a raíz de que los seis ganaderos de La Aliseda hayan tenido que sacrificar sus reses.

"En las zonas donde el ganado cohabita con la fauna silvestre y esta está afectada por la tuberculosis, independientemente de quien haya contagiado a quien, no sirve de nada sacrificar todo el ganado vacuno sin actuar en la fauna para aislar y minimizar el contagio", ha señalado

Y advierte que "será cuestión de tiempo que el nuevo ganado que sustituya al sacrificado vuelva a dar positivo en la enfermedad si no se erradica el problema".

Según el procurador, "de poco o nada sirven los esfuerzos de los ganaderos y de la Junta por erradicar la tuberculosis en el ganado si se permite que existan reservorios de dicha enfermedad".

Controles

Castaño ha solicitado conocer las actuaciones que desarrolla la Junta para controlar este problema y pide conocer "cuántos controles se han realizado a ungulados silvestres para detectar la enfermedad, así como la cantidad de positivos que han resultado de dicho estudio”.

Sobre los positivos y para conocer la coincidencia entre las cepas, el procurador ha preguntado si se han cotejado las muestras de los animales silvestres afectados por la tuberculosis con las del ganado vacuno afectado.

“Los ganaderos de montaña no sólo tienen que soportar la mala gestión de la Junta del control del lobo, la implantación caprichosa e incongruente del Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP), sino que tienen que asistir a la inacción de la Junta ante el control de la tuberculosis en la fauna silvestre".

El ganadero dice que "no se puede mirar hacia otro lado" en este asunto "cuando hay ejemplos claros de los efectos secundarios de una mala gestión en el control de la fauna silvestre como, por ejemplo, en Extremadura y Andalucía".