Estos casos se han detectado desde el 24 de junio, en el que comenzó la operación salida y retorno del verano, hasta el domingo 7 de agosto.

Son conductores investigados por delitos relacionados contra la seguridad vial, enmarcados dentro del artículo 379.1 del Código Penal. La Guardia Civil no ha facilitado detalles de las velocidades alcanzadas ni donde se produjeron las infracciones.

El delito que ha motivado estas actuaciones han consistido en la circulación a velocidad superior a la reglamentariamente permitida rebasando de forma excesiva estos límites, principalmente en vías urbanas, donde esta limitación está establecida de forma específica con señal de 50 kilómetros por hora.

Un alto porcentaje de accidentes tiene como causa directa la velocidad, excesiva o inadecuada, de ahí que los agentes de la Guardia Civil de Tráfico controlen los excesos de velocidad en carreteras, tanto en los tramos que presenten un especial riesgo de producción de accidentes como los que generen peligros para las personas o resto de usuarios.

La Guardia Civil ha recordado que el Código Penal, en su artículo 379, establece, que "el que condujere un vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en 60 kilómetros por hora en vía urbana, o en 80 kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o con la multa de seis a 12 meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años".