Y así tertulia sí y tertulia también, no se habla de otra cuestión. No se pretende que el discurso salga del marco establecido. Más aún si ahora no se cuenta con el telón de fondo, con el fútbol. Por aquello de que a los privilegiados futbolistas de la selección se les haya eliminado en esa ya aparente, vetusta tradición de “cuartos”.

Para colmo, hemos cambiado el tema tabú de Venezuela, que tanto parecía interesar en campaña, por la situación de Corea del Norte. Cualquier situación parece propicia para desviar el correcto análisis, que debería realizarse de esa situación. Pero parece no apetecer hacer los deberes. No se estilaba en el cole de los maristas ni en el de monjas. En fin…

Sin embargo, los miembros de la clase proletaria de este recóndito llamado España no debemos caer en ese error. Más si cabe, si nos continúan amenazando con la descentralización productiva. Menuda palabreja he soltado. Y no es para menos… Me refiero a todo lo que tiene que ver con el caso de Nissan. Algo que no debería parecer ni ignorado ni sorprendente para la población abulense, por haber ya sucedido con la ya lejana Lear.

¿Pero a qué situación nos dirigimos? ¿Qué sistema económico se quiere practicar en estas tierras? ¿Qué es economía para el abulense de a pie? ¿Las cifras mareantes que escupen una y otra vez los economistas “de prestigio” en la tele? ¿Se puede vivir sólo del turismo? ¿Qué tipo de turismo se pretende? Quizá todos estos interrogantes se puedan responder algún día. Quizá algún día haya salido de esta ciudad, mientras hayan resuelto este terrible enigma que a muchos jóvenes no niega futuro y vida.

Admito que no sé si seré capaz de verlo con mis ojos. Me encantaría. Mas, el modelo productivo abulense (si es que lo hay) sigue en tela de juicio. Ahora, lo mejor es irse (si se puede) a la playa o a cualquiera de nuestros abandonados pueblos de la provincia. ¡Qué ridículo es desaprovechar el momento! ¡Y más todavía si se hace amontonando sumas y restas para lograr datos! Los partidos políticos no se ponen a realizar análisis coherentes, puesto que creen que lo oportuno es hablar sólo de bancadas prestigiosas, volviendo al stand by navideño. Y mientras tanto, qué es del “pueblo”, de la sociedad abulense. ¿Será valiente y tendrá tiempo para recrearse con las cifras y plantear una solución, impulsando una economía reactiva pensando en las bocas del futuro y apoyándose (por lógica) en la industria? ¿O por el contrario preferirá pasar de los chanchullos políticos y se dedicará al pachangueo y a que su única preocupación sea disfrutar de una cervecita fresca en una terraza? Ahí está la duda. Valoren ustedes la solución.