El accidente se produjo el 23 de febrero de 2012, y además de la  joven fallecida, otros diez pasajeros del autobús resultaron heridos.

El juicio se celebró en noviembre de 2014, pero la sentencia no ha sido dictada hasta ahora, año y medio después. La decisión judicial considera a Germán Florentino de la Vega Holgado, que desde que se produjo el hecho no tiene permiso de conducción, responsable de "un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción temeraria (...) en concurso con un delito de homicidio imprudente y siete delitos de lesiones imprudentes".

También es condenado a una pena de privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores durante cinco años y seis meses, además de la pérdida de la vigencia de la licencia para conducir.

Indemnizaciones

El conductor deberá abonar en concepto de responsabilidad civil, conjunta y solidariamente con la aseguradora Allianz, de indemnizaciones por 106.397,97 euros, cifra de la que habrá que descontar "las sumas que la aseguradora ya hubiera consignado en concepto de pago a los interesados".

La juez considera "responsable subsidiaria" a la empresa Autocares Gasch y a la Dirección Provincial de Educación de la Junta de Castilla y León "en el abono de tales cantidades junto a la Aseguradora Mapfre Empresas Compañía de Seguros y Reseguros SA".

También el conductor deberá satisfacer "conjunta y solidariamente" con la compañía de seguros Allianz Ras SA y Mutua Madrileña y la empresa Autocares Guasch indemnizaciones que ascienden de 9.135,38 euros.
Contra esta sentencia puede interponerse recurso de apelación.

Conducción temeraria

Durante el juicio en el Juzgado de lo Penal, el fiscal de la Seguridad Vial, Óscar Barrios, afirmó que en la ruta de transporte escolar entre Muñosancho y Arévalo se produjo una "conducción temeraria", que provocó que se pusiera "en peligro a los ocupantes".

Y es que el informe de los peritos se indica que el conductor superó ampliamente durante casi todo el recorrido la velocidad máxima establecida y se saltó cinco señales de stop, siendo la velocidad "notoriamente superior a la permitida".

El fiscal consideró que fue "absolutamente absurda" la declaración del conductor, que desde el primer momento afirmó desconocer lo que le había pasado ese día y que no se acordaba de "nada". Barrios dijo que el acusado "puso todo lo que se podía poner para no impedir el accidente". "No recuerdo nada", dijo el conductor.