Tras oponerse las diputaciones de Salamanca, Ávila y Valladolid, también la institución provincial segoviana ha mostrado su rechazo al proyecto, lo que ha llevado a De Santiago-Juárez a admitir que le cuesta “muchísimo” asumir “que alguien pueda pensar que el Gobierno regional no tiene sensibilidad con los municipios”, porque “es todo lo contrario”.

El consejero ha afirmado que algunas de las críticas proceden de la “confusión” por la “mezcla de conceptos” entre mancomunidades y el nuevo mapa de unidades y ha destacado que, en los informes en contra, hay “párrafos y párrafos iguales”, lo que le ha llevado a recomendar que se lean las leyes y a rechazar las críticas que les han acusado de redactar la propuesta “desde un despacho”.

De Santiago-Juárez ha recalcado que la Junta ha hecho un “esfuerzo pedagógico terrible”, al ser conscientes de que “todo cambio produce angustia”, y ha añadido que la Junta tiene un “plan b” para “hacer lo que sea” con el fin de “no dejar abandonados los pueblos de Castilla y León” y “evitar un tsunami” que se lleve a los pequeños municipios.

"O nos movemos o nos mueven", ha recalcado el consejero, antes de subrayar que “la única manera de sobrevivir es ser más fuertes” y no sin avanzar que, esta semana, se han mantenido negociaciones “discretas” con el PSOE para seguir trabajando en el objetivo de mejorar las sugerencias a los mapas.