Ha pedido con “urgencia” a la Confederación Hidrográfica del Duero su limpieza para “evitar problemas” de desbordamientos cuando llueva, ya que ambos cauces se encuentran con excesiva maleza, “como un bosque”.

La limpieza de los cauces de los ríos Adaja y Chico, aludiendo siempre al riesgo de inundaciones, se ha convertido en un asunto recurrente en los meses previos al invierno, no exento de polémica en los últimos años entre el Ayuntamiento de la ciudad y la Confederación Hidrográfica del Duero.

Mientras el Consistorio siempre ha reclamado la ejecución de dicha limpieza al organismo de cuenca, éste apelaba a la Ley de Bases de Régimen Local y la de Residuos para indicar que la Administración local es la competente en la limpieza de los cauces en tramos urbanos, entendiendo como tal la retirada de residuos acumulados en el dominio público hidráulico y sus márgenes.

El conflicto que se vivió motivó, con el fin de limar asperezas, en una reunión en octubre de 2010 a tres bandas, entre Ayuntamiento, Consejería de Medio Ambiente y Confederación del Duero, en la que el organismo de cuenca y el Consistorio acordaron incluir la limpieza de los ríos Adaja y Chico en el Plan de Riberas Urbanas, cofinanciado por el Estado y la Comunidad autónoma.

En lo que respecta a Ávila, este plan, cuando se dio a conocer hace dos años, tenía un presupuesto de 3,1 millones de euros, financiados en un 70 por ciento por la confederación y, el resto, a partes iguales, por la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Ávila.

La actuación contempla el acondicionamiento y la adecuación para uso público de un tramo de unos cuatro kilómetros, en la margen izquierda del río Adaja, desde la Ciudad Deportiva hasta la zona situada junto a autovía A-51.