En él se abordan posibles soluciones ante las dificultades que plantean los cascos históricos, aunque, en el caso de Ávila, el uso de medios alternativos como la bicicleta “no se puede considerar”.
El ‘Libro Blanco sobre la Movilidad en los Conjuntos Históricos en las Ciudades Patrimonio de la Humanidad’ incide en el “desafío común” de la movilidad que tienen las 15 ciudades que integran el grupo, así como los beneficios que para la ciudadanía suponen los avances en este campo.
Otro elemento clave es la vida en los cascos históricos, pues el poner impedimentos con problemas de accesibilidad y movilidad implicará una menor población en ellos.
Por ello, el grupo continuará trabajando en esta línea, para facilitar cómo hacer habitables y accesibles las Ciudades Patrimonio sin perturbar su esencia, de la misma forma que el Libro Blanco ya contiene las características de cada uno de los municipios –medio físico y natural, socio-economía, tráfico viario o seguridad vial y accidentes, entre otros-, así como la accesibilidad de los servicios de emergencia a los cascos históricos, entre otros aspectos.
Ávila
De Ávila, el Libro Blanco destaca el tener un casco histórico de origen medieval fortificado que conserva íntegramente su recinto amurallado, con una morfología medieval, una red viaria irregular, calles estrechas y sinuosas y pequeñas plazas.
Resalta la publicación también su orografía, ya que Ávila es la capital de provincia más alta de España (1.127 metros sobre el nivel del mar), fundada sobre una colina para hacerla inexpugnable y cuya muralla se levanta sobre las rocas, lo que hace de ella una ciudad de “continuas subidas y bajadas, con calles que se empinan sobre otras”. Esto, sumado a las bajas temperaturas que se alcanzan en invierno, hace que el uso de la bicicleta “no se pueda considerar”.
También hace referencia al transporte colectivo, sobre el que señala que por el casco histórico pasa una de las líneas de autobús, que utiliza un vehículo de reducidas dimensiones y atraviesa el corazón de la ciudad amurallada, mientras que el resto no entra en el interior “por la dificultad que supone” y la “necesidad de adaptación de los vehículos”.
Movilidad peatonal
Desde el punto de vista del peatón, el Libro Blanco resalta que en las calles donde la peatonalización no ha llegado se están implantando las vías al mismo nivel, sin elevaciones entre calzada y aceras, lo que, unido al pavimento de adoquines, un elemento “de identidad” de la ciudad amurallada, supone una “protección al peatón”, por la menor velocidad del vehículo.
El uso difícil que tiene la bicicleta no es exclusivo de Ávila, pues el Libro Blanco también lo destaca en el caso de Santiago de Compostela, aunque la capital abulense sí es ejemplo en lo que a accesibilidad de monumentos se refiere, al haber instalado rampas que facilitan, en el caso de la muralla, el acceso a personas con movilidad reducida. Otros ejemplos destacados se sitúan en Tarragona, Córdoba o Toledo.
Blanca | Lunes, 29 de Febrero de 2016 a las 08:43:55 horas
Madre mía, que derroche de inteligencia. No es que sea difícil el uso de la bicicleta en Ávila, es que tampoco ponen ninguna facilidad para su uso¡
Poca educación vial, tener que lidiar con los conductores sin tener zonas de paso con espacio suficiente, y ya no hablemos de las escasas o nulas zonas de aparcamiento para bicicletas. Ávila es una ciudad de cuestas, pero, para quien no pueda con ellas, hoy en día existen en el mercado unas excelentes bicicletas asistidas que hacen que estas cuestas sean llanas para las piernas del ciclista urbano. Y el frío..... en la bici te calientas rápido, pero son días puntuales. La mayoría de los días son viables para su uso.
El uso de la bicicleta tiene muchos puntos a favor, desde un punto de vista ecológico, rapidez, accesibilidad, economía, salud.... lo que hace falta es FACILIDADES E INCENTIVAR SU USO¡¡ y el mayor peso de esta responsabilidad recae sobre las administraciones.
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