Autor de un estudio general y sistemático sobre los puentes históricos de la provincia, Rodríguez Almeida, cuyos restos reposan desde este lunes en el Cementerio Municipal abulense tras el funeral celebrado en la Parroquia de Santiago, también colaboró en el volumen que próximamente verá la luz de la Historia de Ávila, dedicado a la trashumancia y las vías de comunicación en la Edad Moderna.

Miembro de número de la institución desde 2010, el investigador publicó con la Gran Duque de Alba trabajos como ‘El cáliz de San Segundo de la catedral de Ávila’ (1997) y ‘Ávila Gallega’ (2002).

La Junta de Gobierno de la institución provincial, además, ha acordado este lunes que sea la institución investigadora la encargada de gestionar las iniciativas que en su memoria se lleven a cabo, tal como ha señalado el portavoz del equipo de Gobierno, Juan Pablo Martín.

Trabajos arqueológicos

Fallecido el domingo, Emilio Rodríguez Almeida (Madrigal de las Altas Torres, 1930) fue autor de cerca de 200 trabajos arqueológicos, topográficos, filológicos y de una veintena de libros sobre estas y otras temáticas afines.

Cursó estudios de Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Diocesano de San Millán de Ávila e inició en Roma (Italia) sus estudios de Arqueología a partir de 1956. Volvió a Ávila en 1958 y, tras cinco años dedicado a la enseñanza en el Colegio Diocesano de la Inmaculada de Ávila, regresó a Roma, donde se doctoró en Epigrafía.

Su legado más importante, sin embargo, se encuentra en el monte Testaccio. A él se debe la prospección superficial y la recogida de materiales anforarios de aceite de la Bética, lo que posibilitó el reunir cerca de 2.000 inscripciones que se conservan en las colecciones capitolinas, formando un catálogo gráfico y técnico de 23 volúmenes. La campaña de excavación del monte comenzó en 1989.

Otro ámbito que estudió fueron los problemas de la topografía urbana de Roma y, en 2001, la Universidad de Sevilla le nombró doctor honoris causa en reconocimiento a 25 años sostenidos de trabajos sobre la “Anforología y comercio del aceite bético en la antigüedad”. En 2011 obtuvo el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades.

Ávila romana

Desde su vuelta a Ávila, en 2001, Rodríguez Almeida se ocupó principalmente de temas arqueológicos y artísticos de Ávila y su territorio. Aparte de una edición nueva (2003) de su estudio de 1978 ‘Ávila Romana’, en 2003 apareció también ‘El testamento espiritual de Pedro Berruguete en Ávila’, con ocasión del quinto centenario de la muerte del pintor palentino.

En este sentido, también el Ayuntamiento de Ávila ha lamentado el fallecimiento del arqueólogo, al que ha definido como “alma de la historia antigua de Roma”, además de haber contribuido a divulgar el pasado romano de Ávila.