Dentro de una operación de control e investigación para comprobar la legal procedencia de canes que se utilizan por los cazadores, agentes del Seprona identificaron el 26 de noviembre a dos cazadores que llevaban un galgo que carecía de microchip, como es obligatorio que porten los perros desde los tres meses de edad, además de no contar con documentación que acreditase la legal tenencia del animal.

La investigación de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Ávila determinó que los cazadores identificados poseían otros dos galgos sin su correspondiente identificación.

Al realizar las oportunas comprobaciones, se pudo saber que los galgos eran sustraídos, así como otros tres que carecen del correspondiente microchip de identificación subcutáneo. Por ello el 3 de diciembre fueron detenidos por un delito de tobo de seis galgos. La Guardia Civil no ha facilitado la filiación de los detenidos.