11 y 15 de la segunda suman un todo minimalista y único en el que los objetos sencillos y cotidianos, como unas pinturas o una pinzas de ropa, un pez o una maceta se convierten en objeto de atención para el visitante de la muestra.

De las pinturas de Huete ha señalado Eduardo Garcinuño que “la perfección está con frecuencia en la sencillez de los pequeño”; de ahí que lápices, brochas, pinzas de la ropa o humildes flores en un patio de vecinos se convierten en “diminutas riquezas que José Luis Huete rescata de la realidad”.

Dos colecciones temáticas ha resumido en la exposición, por su parte, Belén Palomo, que ha intensificado en los últimos años su actividad como pintora tras estudiar Bellas Artes y decantarse por la restauración de obras de arte. Por un lado, plantas y macetas de un trabajo anterior; por el otro, el actual tema que la ocupa, los peces, con un protagonismo especial para el color.

“Los primeros están pintados al natural; los segundos, desde la imaginación y el sentimiento”, ha señalado la artista, que imprime siempre un toque personal con fondos neutros y grises a su obra para que destaquen sobre ellos el color de macetas y peces.