El escrito, que la próxima semana se presentará en Madrid, señala que la empresa utiliza autobuses cuyas características “no se corresponden” con las pliego de condiciones de adjudicación.

Un billete que acaba siendo “más caro” cuando se para en los municipios que cuando se hace el viaje de forma directa, cinturones de seguridad “estropeados” o la obligatoriedad de pagar cuatro euros por el hecho de cambiar un horario del abono por otro billete son algunas de las quejas de los usuarios de este servicio de transporte.

A ello se une que la máquina de la estación de Ávila que expende los billetes “muchos días está estropeada y no funciona”, aunque tampoco puede dispensar el billete la máquina de los vehículos; el “reducido” horario de taquilla o la pérdida de días de viaje si se recarga la tarjeta de bono empresa antes de que finalicen los vigentes.

También los usuarios se han quejado del incumplimiento de los horarios o el hecho de que los conductores no reciban la “formación básica” para conocer las paradas en los municipios, lo que ha provocado que se las salten o que se pierdan y el autobús no llegue con tiempo a su destino.