La organización ha alertado de los problemas que los buitres están provocando con “cada vez mayor frecuencia” a la cabaña ganadera de la provincia, lo que le ha llevado a proponer un “descaste” de población como única solución para poder “controlar” la densidad de la especie.

Según la Alianza, la población de buitres se ha multiplicado “de forma desproporcionada” en determinadas zonas de montaña de Castilla y León y amenazan, especialmente, las cabañas ganaderas de ovejas y vacas durante el parto, cuando los animales son más vulnerables.

La organización se ha dirigido a la Junta, como “responsable del cuidado de la fauna salvaje”, para “que deje de mostrarse contemplativa” con los ataques de buitres y ponga en marcha un sistema de indemnizaciones que palien las pérdidas económicas que están ocasionando los buitres a los ganaderos.

Al tratarse de una especie protegida, igual que el lobo, la propuesta de Upa-Coag es incluir un plan de indemnizaciones “por vía patrimonial”, además de habilitar “más espacios” para alimentarlos -muladares-.