‘La sociedad que vaciaba úteros’ es el título de la historia que transcurre en el paritorio de un hospital mientras otras siete mujeres embarazadas cuentan su experiencia desde el punto de vista de una pareja homosexual, una adolescente o una prostituta.

Entre la ficción y la realidad, Garzón ha querido llevar a la novela su experiencia profesional al considerar que sería “más fácil y ameno” tratar un tema sobre el que, hasta ahora, había publicaciones en forma de ensayo o de libros de fisiología del parto o del embarazo por semanas.

En este sentido, la ópera prima de esta matrona busca, sobre todo, orientar a embarazadas, aunque el libro no está solo dedicado a ellas, sino que puede leerlo cualquier lector, según explicó en la presentación de la obra el 23 de septiembre en la capital abulense.

Preparación amena
Las pruebas, las distintas opciones, las responsabilidades y los derechos, para que los futuros padres lleguen preparados y tengan toda la información y sepan lo que sucede en los paritorios se trata aquí de una forma amena que incluye cuestiones como el uso de la epidural.

Pero también ‘La sociedad que vaciaba úteros’ es una crítica y una llamada de atención a la sociedad en torno a lo “demasiado medicalizado” que está el proceso del nacimiento, sobre todo, teniendo en cuenta que es “un proceso fisiológico natural”, como puede serlo el dormir.

Para Garzón, el parto se ha llevado a tal “extremo” que se ha llegado a pensar que si no hay un médico delante no puede suceder, frente a otros países, como Reino Unido, donde nunca llegó a erradicarse, por ejemplo, el parto en casa.

La autora ha considerado, en este marco, que uno de los mayores avances de la obstetricia ha sido la cesárea, aunque ha criticado el hecho de utilizar “tanta tecnología y medicalización” en mujeres sanas o embarazadas de bajo riesgo. “Estamos demasiado pendientes del reloj, del calendario y del protocolo”, hasta el punto de que el parto se ha convertido en un proceso “altamente medicalizado”.