"Hemos mejorado el servicio" con cinco nuevos vehículos, lo que ha supuesto una inversión de dos millones de euros, y con ajustes en los horarios, "manteniendo la puntualidad", para "reorganizar los coches que prestan los servicios", según ha dicho el gerente de la empresa, Rafael Jiménez Dorado.

Los viajes son 11 en cada sentido, en los que la empresa espera aumentar el número de viajeros. "Entendemos que el cambio de horarios puede perjudicar a alguien, pero también puede beneficiar a otros", ha apuntado en el primer día de la nueva concesión, coincidiendo con el mes de junio.

Tarjeta
Para los habituales se ha implantado una tarjeta -por la que se cobra seis euros-, que no se ha elaborado hasta que el jueves recibió el visto bueno del Consorcio Regional de Transportes de Madrid y de la Junta de Castilla y León. Se trata de "una tarjeta electrónica y personalizada" que antes no existía y que exige el consorcio madrileño.

La nueva empresa concesionaria no dispone de taquilla en la estación de autobuses de Ávila, pero el servicio de suplirá con la instalación de una máquina, que entrará en funcionamiento el viernes, a la vez que a través de internet.

Para Jiménez Dorado han comenzado a trabajar seis empleados de  la anterior concesionaria, al subrogarse a la nueva empresa. Aunque en Larrea prestaban servicio 11 trabajadores, las condiciones oficiales de la adjudicación del servicio marcaban la subrogación de seis trabajadores, según ha precisado el gerente de la compañía.