La central ocupará una superficie de 11.610 metros cuadrados, en el paraje conocido como Dehesa de Pazos, donde antes una planta de áridos, con el objetivo de que el primer año se puedan transformar 50.000 toneladas de madera, para ir aumentando la producción hasta las 80.000 toneladas anuales y contar con una potencia térmica de 5,5 megavatios (MW).

La biomasa obtenida será utilizada como combustible en todo tipo de instalaciones térmicas, tanto industriales como domésticas, mientras que el residuo “inocuo” que se produce, la ceniza, se situará en torno a treinta toneladas anuales, cuyo destino será el de fertilizante agrícola.

Las instalaciones servirán de planta piloto para una red de centrales similares que se quieren situar en un radio de 150 kilómetros, incluida la Comunidad de Madrid, y estará preparada para un funcionamiento continuado de 24 horas al día, aunque parará 70 días anuales para labores de limpieza y mantenimiento.

Riesgo de incendios
La biomasa que empleará la central procederá de los subproductos de los aserraderos de la zona y de la resultante de los tratamientos silvícolas, así como de los aprovechamientos forestales de la zona, con el pino como especie principal. No se descarta, sin embargo, otras especies, como robles, encinas, castaños y fresnos.

Según la empresa, el hecho de haber escogido Mombeltrán, además de por su situación, se debe al “gran crecimiento” de su masa forestal, con una densidad “muy elevada” y un “alto riesgo” de incendio.

Centrales de Calor con Biomasa de Soria es un grupo empresarial de reciente creación, en cuyo accionariado aseguran que se encuentran empresas con amplia experiencia en el sector de la biomasa, tanto en la gestión de plantas de secado y producción, como en su comercialización y en la gestión energética para uso térmico con biomasa.