'Inmigración y retorno. Los españoles en la ciudad de México, 1900-1936' detalla las vicisitudes de los españoles que se vieron obligados a volver a su país cuando el estado mexicano, tras una época de crecimiento, asistió a la revolución de 1910 y continuas crisis, en una situación que la autora llamó a no olvidar por su vigencia actual.

"En el contexto actual de desplazamientos masivos intercontinentales, donde el mundo entero se mueve, con viejos y nuevos problemas, con los prejuicios de siempre, cuando los acontecimientos políticos y económicos parecen estar más unidos que nunca a los destinos individuales, esa historia de las migraciones me parece no solo útil, sino también imprescindible, vigente y esencial", subrayó en la presentación celebrada en el Episcopio, que corrió a cargo del antropólogo especializado en el país azteca Pedro Tomé, y la teniente de alcalde Sonsoles Sánchez-Reyes, además de las canciones de Clara Álvarez Camarero.

Tiempo conflictivo

Gil Lázaro, doctorada en Historia en el país mexicano, ha rebuscado en los problemas de inserción social y laboral de los trabajadores y sus familias "en un tiempo conflictivo de la historia del país", cuando muchos, que un día habían decidido cruzar el Atlántico, se vieron obligados a dirigirse a la Embajada de España a solicitar un pasaje gratuito para ser repatriados porque no podían pagarse el billete de vuelta.

La autora destacó que halló en los archivos el resultado de "las vicisitudes y tribulaciones, sus proyectos vitales o de las decisiones que tomaron" cientos de personas, que después de salir de España en busca de mejor fortuna, "afrontaron un contexto histórico sumamente complejo en el México de principios del siglo XX y trataron de salir adelante en medio de muchas dificultades, sobre todo una revolución que duró casi una década y en la cual los gachupines, como se llamaba a los españoles en México, fueron particularmente detestados".

La historiadora, que había abordado el retorno de los emigrantes en su tesis doctoral, lo amplió después en el libro a la vida cotidiana de este colectivo. Si la llegada de conocidos españoles a México ya había sido estudiada, emprendió la tarea de "buscar a las personas de carne y hueso en su contexto laboral, familiar, social y sus experiencias de cómo se las arreglaban para vivir y cómo solventaban sus problemas".

Cómo vivieron

Así reconstruye "una historia a partir de los problemas y conflictos que experimentaron desde sus vidas modestas de empleados, amas de casa, dependientes, obreros, con el objetivo de entender cómo vivieron y ello para explicar por qué regresaron", y como "con cada crisis el número de solicitudes de pasajes de retorno aumentaba".

Un caso fue el de un malagueño que estableció contacto con el cónsul en Ciudad de México en 1908 porque había llegado con su esposa encinta y cuatro hijos: "un hermano le había pagado los pasajes, pues iba a trabajar para él, pero cuando llegaron los vecinos le dijeron que el hermano se había ido a California. El hombre escribió al consulado solicitando ayuda. Diez años después, una nueva serie de cartas del mismo individuo mostraban que al final la familia se había instalado en la ciudad, donde había empezado a trabajar. Tiempo después su esposa murió en el sexto parto y durante la crisis revolucionaria se había quedado sin empleo y con seis bocas que alimentar… superado por las circunstancias, solicitaba pasajes gratuitos para sus hijos y para él. Las repatriaciones se realizaron".

"Aquellas vidas, aquellas trayectorias, son las que construyen la Historia, como la mía o la de ustedes" -expresó-, que "nos permite entender mejor el presente, nos da respuestas y nos lleva a hacernos preguntas y abrir la mente".