En conjunto, han disminuido en nueve años, que benefician, sobre todo, a los acusados de traficar con droga. Entre los atenuantes que el fiscal ha tenido en cuenta en este caso, que se investigó en 2009 y que inicialmente sentó en el banquillo a seis acusados, están los “comportamientos conductuales positivos”, que han hecho que uno de los acusados, J.L.J.V., conocido como Emma, se haya autoinculpado de un delito contra la salud pública.

Para este acusado, la petición del fiscal, a la que se ha adherido su defensa, ha quedado rebajada de cinco años de prisión a uno y cuatro meses, así como al pago de 4.240 euros, por un delito contra la salud pública y por ofrecer retribuciones para corromper a funcionarios.

En cuanto a la pena para el segundo de los supuestos camellos, J.M.G.P., que era de dos años de cárcel y 2.600 euros, se ha quedado en cuatro meses de prisión y 370 euros de multa, por simular ser víctima de delito.

Policías
Más duro ha sido el fiscal con los tres agentes de la Policía Nacional a los que se ha juzgado por estar extorsionando a los camellos a cambio de protección y de revelación de secretos.

Para el primero de ellos, J.I.G.V., exjefe del grupo de Seguridad Privada de la Comisaría de Ávila y que estuvo al frente de las unidades de Policía Judicial y de Información, además de ser condecorado con la medalla al mérito policial por su trayectoria, ha solicitado ocho años y medio de prisión y multas por 40.500 euros.

El fiscal le ha acusado de delitos contra la salud pública, cohecho y omisión del deber, entre otros, por lo que también ha pedido para él más de catorce años de inhabilitación especial para empleo o cargo público.

El segundo de los agentes, F.M.B, se enfrenta a ocho años de prisión y 5.800 euros en multas, así como a treinta años de inhabilitación por revelación de secretos, abuso de autoridad, simular ser víctima de delito y malversación, entre otros. El tercero, J.M.M.A., se enfrenta a dos años de prisión y cuatrocientos euros de multa por malversación y cohecho.

Hechos probados
El fiscal ha calificado de “extraños” los contactos existentes entre el primero de los agentes y el traficante de drogas y no ha creído la versión de que fuesen reuniones entre policía y confidente, porque tras cada reunión se producía un ingreso en la cuenta bancaria del agente de entre 700 y 800 euros.

‘Emma’ ha asegurado en el juicio que, con este sistema, llegó a pagar hasta 15.000 euros a J.I.G.V., quien ha alegado, para los ingresos, que procedían de la venta de un chalé por más de 280.000 euros. Para ello, ha recordado el fiscal, ha presentado una escritura, aunque no ha quedado probado que pasó con ese dinero, como tampoco la justificación de los dos chalés y un piso que llegó a tener el agente, sobre el que pesaban dos hipotecas que se llevaban “el 65 por ciento” de los ingresos del policía.

La defensa de J.I.G.V. ha reprochado que toda la investigación de Asuntos Internos proceda de una conversación entre un oficial de policía y el segundo de los supuestos “camellos” y ha considerado que ha habido una “intoxicación brutal” en el procedimiento.

También ha calificado de “repugnante” que unos “delincuentes confesos se vean favorecidos” en las penas y “reforzados en sus propias actividades profesionales”, pese a haber prestado declaraciones “altamente dudosas” que “han contado, inconscientemente, con el apoyo de la maquinaria policial”.

“Esta causa se ha convertido en una verdadera caza de brujas” contra J.I.G.V., ha añadido.

De la misma forma, la defensa de F.M.B. ha llamado la atención sobre la relación de “estrecha amistad” que existía entre la familia de este agente y la de uno de los “camellos”, que hasta le prestó un dinero que después le devolvió.