Esta afirmación, por parte de uno de los testigos del juicio que se sigue contra tres policías nacionales y dos “camellos”, ha provocado que el referido agente mostrara su malestar y la consiguiente intervención de la presidenta de la Audiencia Provincial.

Sin embargo, no ha sido el único testigo que ha hablado sobre las costumbres de este policía, ya que otro se ha referido a un supuesto préstamo de 5.000 euros que le habría realizado uno de los narcotraficantes encausados para ayudar en la compra de un coche “de alta gama”.

Equipo de transmisiones
Las declaraciones de los testigos en la tercera jornada del juicio por supuesta extorsión de policías a camellos a cambio de proteger su negocio ha dejado revelaciones como que otro de los encausados, J.I.G.V., que era en 2009 jefe de grupo de la Unidad de Seguridad Privada, “tenía la costumbre” de llevarse a su casa un equipo de transmisiones.

Estos equipos, ha explicado, permiten comunicarse con otros grupos y escuchar lo que otras unidades hablan, aunque él se lo llevaba con la excusa de que en la zona donde él vive se estaban produciendo delitos contra la propiedad, “por si tenía que avisar”.

Sin embargo, “nunca” llegó a avisar de delito alguno o de cualquier otra información en la que hubiera necesitado este equipo.

Extorsionados
Otro de los testigos, que ha afirmado tener a los dos narcotraficantes como confidentes, ha incidido en que uno de ellos le llegó a hablar, en sus conversaciones, de que tanto él como su mujer estaban siendo “extorsionados” y “presionados” por uno de los agentes encausados.

A él le habrían detenido, por tráfico de drogas, tras un supuesto “chivatazo” de J.I.G.V., en “venganza” por no aceptar sus propuestas y su mujer, mientras él estaba en prisión, recibió amenazas por teléfono por parte de un hombre con acento extranjero.

Ella denunció lo sucedido y apuntó que las amenazas podrían haber sido instigadas por el propio agente encausado.

El juicio ha celebrado ya tres sesiones y se prolongará toda la semana.