Entre las 4,30 y las 5 de la madrugada se ha desencadenado la operación contra el terrorismo yihadista en Cebreros, donde las fuerzas de seguridad echaron la puerta abajo del domicilio del detenido: un joven de 27 años, Abdul, conocido por todos como Tatá.

Definido en el vecindario como educado y amable, reside desde hace seis años con su esposa y sus dos hijos: una niña de cinco años y un niño de meses.

Muy educado
"Muy educado, siempre daba los buenos días", ha explicado Ricardo, que vive en la casa contigua. Trabajó con Abdul un tiempo para el Ayuntamiento de Cebreros. En cambio la esposa salía poco de casa y casi no conoce el español.

La esposa de Ricardo, María, no daba crédito: "Tatá no está metido en eso". "Cuando vean el ordenador que se han llevado verán que no tiene nada que ver con eso", ha explicado. Su marido arregló la puerta a primera hora de la mañana.

María también hizo un curso de cocina con Abdul: "que haya visto algún vídeo o haya buscado algo, pero que se vaya a inmolar y vaya a explotar". "Que no, que no, que Tatá no", ha insistido.

Expectación

La operación ha levantado expectación en Cebreros, donde muchos vecinos han acudido hasta la zona, y donde alguno pudo ver el jueves un coche de la Policía Nacional, lo que llamó la atención, dado que no es habitual y la seguridad de la zona se encuentra a cargo de la Guardia Civil.

Entre quienes se han acercado hasta allí, un matrimonio con cinco hijos conocido de ellos, que no reciben prestación alguna, y que no sabían nada de lo ocurrido. Lo han conocido al llegar a la casa.  La mujer fue al colegio con Abdul en la localidad madrileña de Navas del Rey, y ahora se muestra agradecida porque el joven a veces les ayudaba con alimentos e incluso les había pagado el gas.

"Es muy buena persona, siempre nos ha ayudado, más que nadie en este pueblo", ha asegurado.