Completamente dorada y con estofados del siglo XVI, la cruz llama la atención porque la parte de atrás había sido dorada con  pan de plata en vez de con plan de oro, pero con corlas que simulan el dorado, para abaratar su coste, según ha explicado Nuria Fuertes, de la empresa Castela, que se ha encargado de la restauración.

Un dato llamativo de la cruz es que la madera que forma la parte baja del pie longitudinal "está un poco torcida al ser un tronco de madera completo" que, a pesar del paso del tiempo "no ha parado".

La cruz "ha estado cuidada a lo largo de la historia, con intervenciones más afortunadas que otras, ya que en algunos casos la han dañado". La última actuación sobre la cruz databa de 1995.

En andas

Este año la cruz saldrá en la procesión del Jueves Santo en andas a hombros de 12 hermanos, a diferencia del trono con ruedas tradicional, según ha anunciado el presidente del patronato, Jesús Manuel Jiménez.

La restauración ha contado con un presupuesto de 3.000 euros, sufragados por integrantes de la hermandad, que el 21 de marzo cumplirá 475 años y lo celebrará con una eucaristía y trasladando en andas la cruz hasta San Vicente.

Para esta conmemoración, se ha creado un emblema inspirado en el primer escudo original del patronato con las llagas alusivas a los Padres Franciscanos y a su fundación en el hoy Auditorio de de San Francisco. Recientemente, la ermita también ha visto restaurar su pintura mural