Con una inversión de 19.000 euros se ha intervenido en uno de los ejemplos más valiosos y mejor conservados de humilladeros cerrados en España.

La restauración se ha llevado a cabo en dos fases por parte de Luis Miguel Luján del Río. En la primera, se han consolidado el soporte y la película pictórica, y en la segunda procedió a la reintegración cromática.

El principal problema radicaba en su técnica de ejecución, ya que se trata de una técnica de la época de construcción de la ermita, muy inestable para la aplicación de pintura mural pues, ante cambios higrotérmicos, se produce la separación de las capas preparatorias y aparecen abolsamientos que acaban produciendo pérdidas en la superficie pictórica.

Consolidación
Para la consolidación del soporte mural y película pictórica, se ha llevado a cabo la reparación de las pérdidas y faltas en los distintos estratos de las capas preparatorias mediante la inyección de morteros específicos para consolidar la película pictórica y la superficie preparatoria.

Por último, se hizo la reintegración cromática. La documentación fotográfica existente, anterior a la desaparición de muchas zonas, ha permitido recuperar en lo posible su programa iconográfico mediante un profuso punteado que completa las áreas desaparecidas y diferencia los restos originales de las zonas reintegradas.

El delegado territorial de la Junta, Francisco José Sánchez, ha visitado la ermita junto al jefe del Servicio de Cultura, Alejandro Núñez; el párrodo de San Vicente -a la que está adscrita la ermita-, Fernando Gutiérrez; y el presidente del Patronato de la Santa Vera Cruz, Jesús Manuel Jiménez.

Humedades
Por otra parte, ahora se lleva a cabo un estudio de humedades de la ermita mediante una inspección higrotérmica para detectar los focos de humedad en el interior de la capilla.

Esta investigación, realizada por la arquitecta Soledad García Morales, revela que los muros absorben el agua del terreno y ésta circula hacia el interior. Al tener los sillares de granito poca permeabilidad, la mayor parte del movimiento del agua se produce a través de los morteros de las fábricas.

Al secarse los morteros, las sales que los contaminan cristalizan y ejercen presión sobre los poros, arenizando o desplacando los materiales, según el estudio en fase de seguimiento.