Dirás que han cambiado, ¡hombre claro! algo han cambiado, ahora no me quemarían, simplemente me ignorarían y por supuesto seguirían sin leerme, aunque reconocerás que algunas risas nos echamos cuando los observamos, y si no; recuerda lo que nos reímos viendo las dos estatuas mías en la  misma plaza; en una de ellas aparezco contrahecha, en trance de oler esas plúmbeas ofrendas florales que me hacen despilfarrando dinero público municipal, y en la otra aparezco en un pináculo por encima de las supuestas glorias de la ciudad, ¡vamos! dos estatuas  mías en la misma plaza, ¡dime tú,! ¿se puede ser más provinciano?

Pues, ¡agárrate!, ahora, según parlan, me van a levantar otra estatua, enfrente de mi casa natal, 60.000 euros les va a costar la infamia, ¡ay señor! a que yerno, amigo o compañero de partida y partido se la adjudicarán.

Además se querían traer al papa, claro que el papa les ha dado calabazas. Tú sabes que al papa estos fastos falsos le repatean; a él le gustaría más un recital de Quilapayún y no tener que asistir  a misas en plaza pública.

¡Juanillo, mi medio fraile, mi sanjuán!, tú conoces al papa, y sabes que Francisco es alérgico a esos fastos de  misas en el Grande con autoridades, obispos y demás burócratas eclesiales oficiando sin ganas, porque saben que los fieles no escuchan, ni siquiera oyen, les importa un ardite lo que allí se diga, el caso es verse y descubrirse de la misma tribu. Esa tribu que está convencida de ir al cielo por el mero hecho de tener determinados apellidos y profesiones.

Eso es muy de Ávila; a nuestro señor le tienen harto con su pretensión de crear un cielo de protección oficial para  pobres y clase media baja, a mí, Juanillo, ya sabes, eso me daría igual, pero molesta que utilicen mi nombre para sus trapacerías, pompas y vanidades.

No deja de tener su gracia, Juanillo, me homenajean y, sin embargo, a servidora (que nunca ha tenido simpatía por Avila, fui feliz en Toledo y no en este corral de granito) le asquean estos tipos que son mi antítesis, siempre, jugando con información privilegiada para colocar a vástagos y conocidos en administraciones públicas, sin más merito que ser madres o familiares.

¿Te quieres creer que estos señores se gastan 40.000 euros de dinero público en un panfleto de propaganda partidista  para su autobombo? ¡Oye!, y que mis paisanos se lo tragan, como se tragan el que den 90.000 euros a las cofradías de Semana Santa, claro que, ya se tragaron el entregar un edifico público para una universidad.

Así son mis paisanos; bendicen una desamortización al revés, bienes de todos los ciudadanos entregados a la Iglesia Católica, ¡oye! y que no dicen nada, total, si luego les traen al Sergio Dalma. y encima ahora por mi centenario presupuestan 100.000 euros para otro espectáculo musical. ¡Fíjate! 100.000 euros, si ni siquiera Víctor Jara y Atahualpa Yupanqui, que Dios los tiene en su gloria, merecerían tanto dinero por concierto.

Además, si tuvieran cierta clase… no sé, los Borgia y Medicis eran unos tipos de mucho cuidado, pero por lo menos tenían una cierta cultura y buen gusto, pero mira a estos, organizando un encuentro de teresas, ¡vaya ideas!, si es que se retratan, no se les puede sacar de la aldea, el chocolate, los churros, y la lectura de esquelas; esas esquelas  que les gustan tanto, en las que si eres rico entregas tu alma a dios y si eres pobre falleces.

¡Qué quieres que te diga Juanillo!, mi quinto centenario va a ser una sucesión de actos estúpidos, ruido, mucho ruido, dinero despilfarrado, conciertos musicales caros y horteras. Unas jornadas  llenas  de ofrendas florales, figurones de todo tipo  y  poetas locales insufribles con sus poemas conmemorativos y aburridos.

Y para colmo, Juanillo; esa lumbrera del pensamiento occidental conocida por Antolín Sanz quiere exigir explicaciones al Vaticano porque el papa no va a prestarse a ser el decorado de esta farsa, y ya tenían encargado los vestidos y floripondios para las fotos (que es de lo que de verdad se trata).

No te imaginas las carcajadas de obispos, cardenales, y hasta de los guardias suizos cuando lo leyeron; claro que ya sabes que uno de los  pasatiempos favoritos del papa es leer declaraciones de Antolin Sanz, especialmente cuando anuncia el fin del peaje, y eso que lo anuncia unas doscientas mil veces por año.

Alguna vez he intentado aparecerme en sueños para que deje de decir estas lisuras que me provocan vergüenza ajena, (al fin y al cabo es medio paisano) pero luego lo he pensado mejor y he desistido, a lo mejor mis paisanos le votan por lo que dice, y ya que el Senado no sirve para nada, por lo menos nos reímos un rato.

En las tertulias que tengo con Francisco, allí en la salita del Vaticano, trasegando un buen asado pampino con venerable vino, ("cuando rezos, rezos cuando perdices, perdices") siempre me dice lo mismo, "¿sabes Teresa? los populares de tu tierra me recuerdan a los peronistas de la mía, no son ni malos ni buenos, simplemente son incorregibles.