Comunidades indígenas que conoció conviviendo con ellas y dando fe en instantáneas y documentales de los antiguos navegantes que colonizaron Australia y Nueva Guinea, y que practican la horticultura y la caza en bosques impenetrables. Los conoció con sus exóticos colores originales. "Ahora me cuentan que se han occidentalizado, que se disfrazan para que les vean los turistas", se lamenta.

80 imágenes de aquellos viajes las colgó en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, y ahora viajan por la Comunidad y se exponen en el Auditorio de San Francisco hasta el 14 de diciembre, acompañadas de algunos elementos etnográficos como una máscara hecha de barro o un arco para cazar.

Uno que habla

'Uantoks. Las expediciones de Pedro Saura a las Tierras Altas de Papúa-Nueva Guinea' es el título de exposición, que procede del nombre con el que los nativos llamas a las personas: 'uantoks' es una corrupción del inglés 'one talk', uno que habla. Las imágenes son "un viaje a la prehistoria, a la era pretecnológica".

Catedrático de Fotografía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Saura ha reconocido que su vida se encuentra "indisolublemente ligada a esta historia", que comenzó en 1985, cuando hizo el primer viaje a este territorio, al que volvió cuatro veces.

Ha explicado que se encuentra impactado por "un mundo que se pierde a una velocidad tremenda", pero que "tampoco se puede conservar como si fuese un zoológico humano".

Ya en el último viaje, en 1994, observó con "tristeza" el "veloz cambio" observado, por eso ahora le da "miedo" volver para encontrarse un país "culturalmente destruido", aunque ha reconocido que "tienen derecho a incorporarse al siglo XXI".

Reclamo
La exposición quiere ser un reclamo del Museo de la Evolución Humana, "un instrumento de promoción" de un centro museístico "situado a menos de horas en coche" de Ávila, ha señalado su gerente, Alejandro Sarmiento.

La filosofía del museo es que "todas las muestras temporales sirven de instrumentos promocionales", y así dar a conocer el centro "más allá de Madrid, País Vasco y Barcelona", convertidos en los "tres mercados potenciales" de visitantes.

La promoción del museo "no debe reducirse a campañas de publicidad", porque el modo de darlo a conocer es mostrar las exposiciones temporales.

Este sistema "está dando muy buenos resultados", ya que hasta  septiembre la cifra de visitantes había crecido un 26 por ciento respecto al año anterior, alcanzando las 237.000 personas.

La cifra creció en octubre hasta superar las 244.000 visitas, por lo que el museo tiene "los mejores números estadísticos desde su inauguración". Según Sarmiento, de los 15 museos que dependen del Ministerio de Cultura, éste obtuvo mejores resultados que 14 y por primera vez superó al Museo de Altamira.