Según la portavoz municipal, Montserrat Barcenilla, fue "una promesa como tantas otras de un partido que volvió a demostrar estar más preocupado en beneficiar los intereses privados antes que el de los ciudadanos” y que llevó a los políticos del PP “a protagonizar titulares y fotografías”.

Al final, "se ha desperdiciado un espacio que su podía haber sido un lugar de ocio y esparcimiento para los abulenses", y ha conducido a "enterrar el dinero de los ciudadanos sin ninguna utilidad y convirtiéndolo en un panteón de billetes".

"Ahora toca aprobar su demolición", cuando el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, anunció "un proyecto que cifró en cuatro millones de euros y que se suponía que iba a generar 15 puestos de trabajo, y que no costaría dinero a las arcas municipales".

Según Barcenilla, a lo largo de estos años “se han invertido 200.000 euros del dinero de todos cuando ahora dicen que no ha servido para nada”, al sumar el importe del proyecto a lo que gastará ahora en eliminar las ruinas.

Demolición

"Una vez que se va a demoler lo que queda en pie, el proyecto no sirve ni para guardar en un cajón", y fue "una inversión nuevamente inútil".

La portavoz de IU ha recordado que, después de que en 2003 el Tiro de Pichón pasó a propiedad municipal a consecuencia del plan parcial, fue al año siguiente cuando se convirtió "en objeto de las promesas del alcalde", y fue en mayo de 2005 cuando presentó ante el Ministerio de Economía y Hacienda el proyecto.

Y al mes siguiente "se habló de la necesidad de efectuar acciones urgentes y puntuales para trabajar en las zonas más degradadas a través de un plan director, que como en el caso de El Soto quedó olvidado".
IU recuerda que fue en 2008 cuando se sacó a concurso el contrato para el asesoramiento financiero y técnico para la construcción y mantenimiento de un centro de ocio y deportivo por más de 140.000 euros, elaborado por el Banco de Santander.

Barcenilla ha señalado que aunque en 2010 se afirmó que se retomaba el proyecto, “pero que no se encontraba empresa para ello, por lo que no se podía poner plazos”, y "la apuesta pasó a ser entonces el 88 Torreones".