Dos de ellos, Yolanda González y Pedro Villar, hospitaleros del albergue abulense, están titulados y son integrantes de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago han explicado sus experiencias.

Como miembros de esta federación están comprometidos a ejercer de hospitaleros 15 días al año en un albergue gratuito de cualquier punto del camino, tras haber realizado un curso: él lo hizo en Logroño y ella en Lorca (Murcia).

Villar explica, por ejemplo, su experiencia de este año, en Ponferrada (León), "muy distinto" al abulense, ya que allí atienden a "entre 170 y 210 peregrinos diarios" cuando el de Ávila "acoge a entre 380 y 400 al año".

A pesar de esa "diferencia brutal", la experiencia del hospitalero "da igual que sea en un albergue grande o pequeño, ya que la finalidad es acoger a la persona que va caminando" y hacerlo "de forma amable y simpática, lo mejor que se pueda, te llame a las cuatro, a las siete o cuando sea".

Hospitalidad
González ha indicado que quien ejerce de hospitalero se basa en los conceptos de hospitalidad, que "aglutina los conceptos de espiritualidad, trascendencia personal, solidaridad… convirtiéndose en la principal diferencia del Camino de Santiago  frente a otras grandes rutas o de senderismo".

El hospitalero han sido siempre peregrinos, y su labor es "fruto de la solidaridad y su afán por mantener las costumbres y tradiciones del camino, y de la hospitalidad", señala Raquel Martín, presidenta de la Asociación de Amigos del Camino de Ávila.

Dar valor a la acogida  de los peregrinos, plantear dudas, resolución de problemas, contar  experiencias y mejorar la gestión del albergue han sido los motivos del primer encuentro de hospitaleros celebrado el sábado, que concluyó con la visita al campanario y a las cubiertas de la iglesia de Santiago.