Según UPA, este hecho “vuelve a demostrar la enorme presión que sufren los ganaderos debido al alto número de animales salvajes que asentados en esta zona de la sierra abulense”, que ha provocado “una situación límite” para los ganaderos de explotaciones extensivas, “con precios ruinosos por sus productos y con costes elevadísimos en alimentación, y además víctimas de forma reincidente por el ataques de lobos”.

Se trata del segundo caso denunciado en menos de una semana, tras la muerte de una ternera en San Juan de la Nava.

UPA y COAG recuerdan que “los ganaderos no viven de mantener los lobos para disfrute de algunos ciudadanos, sino de su trabajo profesional en la explotación”, ante lo que defienden “no aceptar bajo ningún concepto la situación actual de indefensión, por los riesgos y pérdidas que la fauna salvaje ocasiona”.

Por eso piden revisar el Plan de Gestión y Conservación del Lobo para que “en zonas tradicionalmente sin cánidos sea incompatible la presencia de este animal salvaje con la ganadería extensiva”, y que toda la provincia quede excluida de ellos.