A falta del aparato hidraúlico, se mantiene lo que fue el pozo de lo que fue la noria de sangre, tirada por un animal, que en la década de los 70 dejó de funcionar.

Los trabajos de recuperación del entorno son "una reivindicación histórica" de la Asociación de Vecinos de San Nicolás, según ha recordado el alcalde, Miguel Ángel García Nieto, quien ha indicado que se trata de "devolver al ciudadano el uso público" de un espacio.

Elemento histórico
García Nieto ha dicho que se ha recuperado "una de las pocas norias que quedan vivas" en la ciudad, "un elemento histórico de mucho valor", que forma parte del patrimonio civil.

A la asociación de vecinos que preside Mariano Rodríguez le gustaría conseguir una máquina hidraúlica para situarla en el lugar que ocupó en su día el ingenio motriz. El alcalde ha ha hablado de "intentar recuperar un cangilón".

La noria está formada por una gran plataforma elevada que cubre un pozo artesiano de sección circular, realizado en mampostería irregular de gran tamaño.

El agua que se extraía del pozo discurría canalizada hacia la alberca situada en la zona inferior, creada con grandes losetas de granito, que servía de depósito para el riego.

Los trabajos han estado incluidos en la labor de uno de los programas dual de formación, en el que han trabajado 21 personas, recientemente clausurados.

Reciclado

La arquitecta municipal Cristina Sanchidrián ha explicado que los trabajos se han hecho "reciclando más del 90 por ciento de materiales del Servicio de Obras". Además de la limpieza y desbroce, se ha reconstruido el pozo con las piedras y no se ha podido recuperar el aljibe. Bancos y farolas completan el rincón recuperado del barrio de San Nicolás.