Y aunque no reniega de ser "el escultor de los Goya", quiere destacar que su obra es "más importante" que la cinematográfica estatuilla a pesar que al final es una referencia mediática.

Entre el claustro del torreón y sala central de la Diputación, Fernández (Oviedo, 1947) ha acercado a Ávila 121 obras, seleccionadas de la que atesora en un estudio-taller de Torrejón de Ardoz (Madrid): 76 esculturas, 16 bocetos, 14 murales y maquetas, y 15 fotografías en la pueden verse sus esculturas de tamaño natural situadas en las calles de más de una ciudad.

"La escultura, además de ser arte creativo, tiene muchísimo oficio detrás", ha explicado el autor, que trabaja todos los materiales: bronce, madera, acero, piedra, mármol y alabastro. Reconoce que el trabajo más difícil es el de la madera, porque para trabajarla hay que reunir una serie de oficios, como el ebanistería, a la vez que hay que dominas las herramientas que se utilizan.

Estatuilla
La estatuilla de la Academia de Cine es una obra que "está muy bien y que a cualquier escultor le hubiera gustado hacer, pero creo que hay otras cosas", ha explicado en la apertura de  exposición, que podrá verse hasta el 17 de agosto.

El lado positivo de los Goya supone que es "un honor, y además da dinero" en tiempos en los que "todo está recortado" y "se hace poca obra", y los artistas "sufren para poder llegar a hacerla".

Y aunque en la exposición no hay ningún Goya, ha contado que la estatuilla pesa tres kilos, frente a los 13 de la original hecha por otro escultor, aún siendo del mismo tamaño, pero lo consiguió con "medios más artesanos".

Influido por Brancusi y Henry Moore, Fernández considera que su estilo ha influido de forma "natural" y "alejado de las modas", marcado "con el sello de la época en la que se vive".