Tras concentrarse en el Mercado Grande, las peñas bajaron con pasacalles hasta la plaza de toros, donde seis equipos, integrados por dos peñas cada uno, se enfrentaron en seis pruebas, disputando el juego con la concurrencia de una valerosa vaquilla, que no tuvo ningún problema en embestir a algún mozo despistado y sacar así varias carcajadas al público presente.

Como en el programa televisivo, tuvieron que superar una serie de obstáculos, primero diferentes estructuras hinchables y luego unos troncos locos bañados en jabón, con dos cubos de agua e intentar completar la prueba para llevar éste agua al recipiente de su equipo.

Otra prueba constaba de dar vueltas a los peñistas sobre su eje, que salieses mareados, y que así metiesen un penalti en una portería inflable: éste fue uno de los que más risas causó en el público. Los otros tres eran imitaciones del programa de TVE, en los que participaba la vaquilla: uno para meter canastas, otro de montar un arco y hacer pasar a la vaquilla por él y, por último, un balancín en medio del ruedo.

Al final resultó ganador el dúo de peñas de San Antonio y Los Mineros, y jóvenes y mayores disfrutaron en la noche del jueves como si del verdadero Grand Prix se tratase o incluso más.