El verraco de granito de los siglos IV-III antes de Cristo, ahora situado en la entrada de la Diputación de Ávila, tiene una réplica en la plaza de España del pueblo en el que, en 1956, fue descubierto por Arsenio Gutiérrez Palacios, inspector de excavaciones, que halló el verraco cuando era utilizado como bebedero en la finca de La Romarina, aprovechando el hueco existente entre la peana, las patas y el estómago de la figura.

Tallado en bronce por el escultor Nacho Martín, 58 años después la réplica se encuentra ya en San Miguel de Serrezuela, financiada por la asociación cultural Aires de Madrigal, el Ayuntamiento de la localidad y la Diputación.

Verraco viajero
Tras el hallazgo, el verraco estuvo varias décadas en la isleta situada en la calle San Segundo, al final de la calle Eduardo Marquina, cerca de la plaza de San Vicente. El propietario se lo llevó del allí en 1981 y tres años después una sentencia, en un procedimiento que llegó al Tribunal Supremo, le dio la razón.

El toro, el segundo en tamaño tras el de Villanueva del Campillo, estuvo hasta en una conocida casa de subastas. La Diputación, que no le perdió la pista, lo adquirió en 2004 instalándolo en el zaguán del Torreón de los Guzmanes.

Firmas
El concejal de IU, José Escribano, ha recordado que en 2008 recogió más de 2.000 firmas para pedir la devolución del verraco que "de forma desconocida salió del pueblo" y ha destacado la "sensibilidad" que encontró en la Diputación, donde se acordó crear una réplica.

"La espera de seis años ha sido positiva para devolver al pueblo la seña de identidad de sus habitantes", ha dicho, a la vez que ha recordado el interés por incluir a la localidad en la ruta de los verracos.

El presidente de la Diputación, Agustín González, ha señalado "el interés de los vecinos por recuperar el toro" por la "añoranza" que sentían por él, mientras que la presidenta de la Asociación Cultural Aires de San Miguel, Nuria Sánchez, ha mostrado su satisfacción aunque hubieran "preferido" el original. "Es algo nuestro, de siempre", ha destacado.

La reivindicación de los vecinos del pueblo para que regresase ha terminado con la réplica de menor tamaño. El original tiene unas dimensiones de 1,61 metros de alto por 2,46 de largo, 64 de ancho y 2,45 de perímetro, mientras que la réplica es de 1,50 de ancho, 90 de alto y 50 centímetros de peana.