Se trata de un escarabajo originario del sur de Asia que ocasiona “importantes” daños en las palmeras, ya que sus larvas se alimentan “vorazmente” en el interior del tronco y la corona de las mismas, hasta llegar a destruir su estructura, según la resolución de la Consejería de Agricultura.

Tras las inspecciones realizadas los días 21 y 22 de octubre en las proximidades de la zona, que ya se había demarcado a principios de ese mismo mes en Candeleda, se localizó una palmera en Poyales “colonizada por individuos de Rhynchophorus ferrugineus (Olivier), tanto adultos como pupas”.

Esa primera zona de demarcación se había establecido en septiembre por tres focos detectados en Madrigal de la Vera (Cáceres) y por afección de picudo rojo de las palmeras en la zona de Candeleda.

Zonas demarcadas
Ante la aparición de este segundo foco en Poyales, la Junta ha establecido una segunda zona demarcada con un radio de 11 kilómetros, además de resolver la inspección “inmediata” de los viveros, centros de jardinería y plantas sensibles dentro de ella.

Asimismo, se ha establecido, con una vigencia mínima de tres años, la adopción obligatoria de medidas de erradicación y control en esta zona demarcada, de modo que se ha determinado la existencia de una zona infectada, constituida por un área de vigilancia intensiva, en un radio de un kilómetro alrededor de cada foco, que en el caso de Poyales es en torno al lugar donde estaba la palmera cortada.

También habrá una segunda zona, denominada “tampón”, que englobará diez kilómetros desde el límite de la zona infectada, que es el vertedero donde se arrojó la palmera tras ser cortada, y se pondrá en marcha un plan de acción concordante con el de las zonas de Madrigal de la Vera y Candeleda.